jueves, 24 de octubre de 2013

CONOZCA A BAYAS PERUANAS

BAYAS PERUANAS EIRL, está ubicada en  Ambo-Huánuco y se dedican a los cultivos de frutas no tradicionales orientadas al mercado local.
Los principales productos se trabajan son: Aguaymanto, frambuesa, zarzamora, entre otros (tomatillo verde , huckleberry)

ZARZAMORA, en esta foto Tony  cosechando, estudiante de Universidad  Hermilio Valdizan- Huánuco.
ZARZAMORA, en esta foto Tony  cosechando, estudiante de Universidad  Hermilio Valdizan- Huánuco.
ZARZAMORA,  Pronto serán  bayas negras y a deleitarse con cada una de ellas.
En la casa seleccionado  aguaymantos,  con la familia.
“En nuestros campos los  pajaritos disfrutan de los  aguaymantos  dando  un picotón entonces al tacto tenemos q sacar los dañados  y descartarlos, a veces se nos pasan algunos y nuestros clientes reniegan.”
Dirección: Bl. Huaracalla  N°. S/N Cpme. Huaracalla (Km 30 Carretera Hco – Lima) -Ambo-Ambo-HuanucoEmail: bayasperuanas@gmail.com
Lucy G.

martes, 8 de octubre de 2013

CRONICA DE LA VISITA A ROSA TARAZONA

VISITA A ROSA TARAZONA
QUEBRADA VERDE-PACHACAMAC


El domingo 18 de agosto de 2013 subimos una delegación de la Canasta conformada por Pepelucho, Arafat, Consuelo y Luna a Quebrada Verde en el valle de Pachacamac. Nos encontramos en el puente Atocongo y después de esperar un largo rato a Pepelucho, nos embarcamos en una “couster” rumbo a Lurín. Bajamos en el cruce a Pachacamac y ahí cogimos una “combi”, cuyo destino final era Manchay, que en 15 minutos nos llevó a Quebrada Verde.


Este rinconcito ecológico acoge una de las maravillas naturales de Lima, el circuito turístico de las Lomas de Lúcumo, que tiene unos cerros preciosos con formaciones rocosas e historia arqueológica donde se encuentran incluso manifestaciones de pintura rupestre. Ese día no alcanzaríamos a visitar las lomas porque no estaba en el propósito de la salida, que era visitar la chacra de Rosa Tarazona y algunas de sus compañeras de la Red Prausa, pero recomendamos volver como Canasta y compartir una caminata por esos cerros verdes de Lima.

Llamamos a Rosita de la plaza principal y nos recogió a los cinco minutos. Con el lindo paisaje nos sentíamos revitalizados y como si estuviéramos a kilómetros y kilómetros y kilómetros distantes de la Lima ruidosa y de cemento. Rosita nos recibió con un gran abrazo y camino a su casa nos fue contando más de su Asociación. 

La Red Prausa es una asociación donde están campesinos de las zonas: el Guayabo,  Picapiedra, Curva Zapata, Puente Manchay y Quebrada Verde. En general, de la cuenca son aproximadamente 100 socios y socias hábiles, la mayoría mujeres que llevan varios años trabajando. Al comienzo se fortaleció porque varias ONGs venían con apoyos en capacitaciones. Actualmente ya no tienen la misma cantidad de apoyo por lo que algunas de sus compañeras se han  distanciado de la iniciativa. Sin embargo, en Quebrada Verde cinco mujeres siguen muy activas.

Al llegar a casa, nos recibió también Fabricio, hijo de Rosa de 2 años de edad, quien a veces la acompaña a la canasta. Inmediatamente hicieron muestra de su cortesía y amabilidad, recibiéndonos con una rica chica morada con cebada caliente, mientras seguía contándonos como se conformó Quebrada Verde.

Cuando ellos se asentaron en el lugar, no había luz, ni agua, ni algún servicio. Fueron construyendo su casa poco a poco al ritmo de los demás habitantes que iban llegando. Hoy solo tienen agua potable un día a la semana, no alcantarillado, pero si luz permanente y algunos otros servicios.

Nos contó lo importante que ha sido para ella el ingreso de la canasta porque les motiva a continuar trabajando, pero además ha sido una posibilidad que les permite ver otras posibilidades y aunque es un ingreso pequeño mensual, a diferencia de la bioferia les implica, proporcionalmente, menos inversión de tiempo y de dinero.

Su red trabaja en dos bioferias, en La Molina y Miraflores, cada fin de semana, pero la presencia en el puesto de venta lo rotan periódicamente entre los distintos productores para que haya una participación de todos y todas. Es poco el ingreso finalmente y tienen que trabajar en otras cosas para complementar los mismos.

Luego nos invitó cancha y un delicioso cebiche de chochos, los cuales fueron cultivados por ella misma en sus chacras de Ancash (es probable que nos ofrezca tarwi en alguna de las próximas canastas). Comimos mucho, Papelucho más, conversábamos y jugábamos con Fabricio también.

Cuando terminamos de comer nos mostró su huerto familiar, en donde tenía aguaymanto, frambuesa, diente de león y otras hierbas aromáticas. Así también su corral de pollos (Consuelo se conmovió y lloró porque recordó el corral de pollos de su abuelita en Huacho), su compostera y nos regalo dos plantas de aguaymanto (Pepelucho y Luna las adoptaron). 

Luego nos encaminamos a la chacra comunitaria que trabaja con sus hermanas y su esposo, queda a unos 10 minutos caminando desde su casa y nos sorprendió gratamente la diversidad de lo que cultiva, habían frutas como aguaymanto, fresa, frambuesa, níspero, palta fuerte, palta negra; hierbas aromáticas como culantro, perejil, diente de león, hinojo, manzanilla, yerbabuena y otras; verduras como caigua chilena, brócoli, berenjena, pimiento, apio, poro, beterraga, ají, zanahoria, espinaca, acelga; y otros alimentos más como maíz, caña, papa, kiwicha, en fin... tenía una gran biodiversidad, en efecto, de todas las cosas que nos ha venido ofreciendo en la canasta y más. Nos fue contando como ha sido el proceso de construir su huerta, como siembran asociando cultivos para protegerse entre sí, cómo era el tema de la pérdidas con las heladas, sobre las características de participación en las bioferias, la competencia de otros productores más grandes con los pequeños, etc.

Su hermana Carmen nos compartió también su historia personal, ella tiene un hijo con padecimiento físico "complicado" y divide su tiempo entre el hospital y la chacra para intentar tener un ingreso adicional en la familia. Su esposo trabaja en la construcción pero, a veces, el seguro no quiere cubrirle los medicamentos y tratamiento que su hijo necesita.

El esposo de Rosa que entre semana trabaja en construcción también y los fines de semana disfruta trabajando en la huerta nos contó como para ellos es importante no fumigar, que otros tienen otro frutos más grandes en sus cultivos, pero ellos tienen frutos más sanos con el biol y el estiércol de los animales, preparan su compost con el que alimentan su huerto y que se sienten motivados con iniciativas como la Canasta que permite que ellos mantengan este trabajo.

Aprovechamos en ese momento también para registrar parte del testimonio de Carmen y Rosa sobre la Asociación Prausa. De ese material se ha editado un corto video que ya ha sido publicado por Arafat. Proseguimos por el resto de la chacra, Arafat y Papelucho aprovecharon para ayudar a cargar algunos bultos de compost.

Antes de salir, nos compartieron una caña para cada uno, el cual usamos como bastón en el camino de retorno. Nos compartieron también un ramillete delicioso de culantro, espinaca y diente de león para llevarnos a casa. Y cerramos la visita con una foto con Carmen, Rosa y su esposo.

Antes de retornar, fuimos al pie de las Lomas de Lúcumo a despedirnos, a la que esperamos visitar pronto y con tiempo para hacer todo el recorrido. Agradecidos así por la visita que pudimos hacer a una de las habitantes de Quebrada Verde, a Rosa Tarazona, una de las productoras que hace posible la Canasta Allin Mikuy Ayllu.

Quedamos muy contentos de todo lo aprendido en esta salida, con muchas ganas y muy motivados a hacer visitas a otros productores de nuestra Canasta, para aprender más de ellos, que se sientan mas parte de la canasta, inspirarnos y ver a futuro de que otras maneras podemos establecer otros lazos de cooperación mutua, tejiendo más lazos solidarios con ellos desde nuestras posibilidades, ese es un reto para nosotros y nosotras.

Pensemos si estamos dispuestos a arriesgarnos a planear en el futuro jornadas solidarias de trabajo en las chacras de estos productores que nos surten de alimento todo el año; si podemos hacer alguna capacitación desde nuestros saberes para apoyar en su trabajo organizativo y productivo; si es que podríamos llegar a hacer alguna actividad para invertir en algo que ellos necesiten; compartir con ellos sembrando algo que queramos consumir, compartiendo los riesgos, ganancias o pérdidas que eso implique. Pensemos si a largo plazo nos interesa apoyar de esta manera más decidida.

Así como nosotros le ponemos rostro a lo que nos comemos, ellos también conocen los rostros de a quienes alimentan y estrechamos una amistad campo ciudad, desde nuestra pequeña iniciativa, una canasta comunitaria en la ciudad de Lima.

¡Gracias Rosita! por recibirnos en tu casa, mostrarnos tu chacra, por contarnos de la experiencia de tu asociación, por darnos este tiempo y creer en esta Canasta que está comenzando a caminar de manera más decidida.